… indiferencia que encoge y seca el corazón, que desfigura el rostro… la indiferencia es perversa y deja al descubierto la propia mezquindad… no hay maquillaje, no hay manera de justificarla… quien la disimula desembarca en sus orillas con una forma agazapada de violencia, sus propias violencias personales… la indiferencia es una violencia camuflada… hoy le rezaré al Señor: “… Jesús cúrame de la violencia agazapada en mí: la bestia… ¡humanízame según tus bienaventuranzas!…”… la indiferencia y la violencia deshumanizan y desfiguran el rostro, desfiguran el paisaje de la vida… misteriosa solidaridad la de la gratuidad no indiferente, que no es un impulso masoquista sino que es tu vida brotando al compartir el camino de tus próximos… no te mudes, ¡quédate a vivir entre los tuyos!, aunque esta decisión sea riesgosa… la gratuidad deferente siembra paz, contagia paz… la indiferencia y la violencia desfiguran los rostros… la impaciencia y la agresividad del ambiente se anudan en tu corazón y cierran tu garganta en dolor y compasión de un corazón enamorado no indiferente… necesitas dar una respuesta a la violencia de la indiferencia homicida por mentirosa… ¡que no se cierren tus manos!, ¡comparte!… ¡que no se te encoja y seque el corazón!… la #rosasinporqué agradece compartiendo y comparte agradeciendo, no es indiferente ni mezquina sino que vive desde la gratuidad… ¿se ha encogido o secado tu corazón por la indiferencia sostenida de tus muecas?, ¿reconoces la bestia que hay en ti cuando no vives de y por la gratuidad?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 15,29-37)…