En horas de madrugada, cuando apenas el sol asoma allá lejos en todos los horizontes

… en horas de madrugada, cuando apenas el sol asoma allá lejos en todos los horizontes, en el mar y en la llanura, en los valles y más arriba de las montañas… en horas de madrugada, también, hoy mismo, surge para el alma escondida, esa luz que no tiene ocaso y que te brinda siempre el regalo de dejarte abrasar por ella… ¡luz que quema!, ¡luz que enciende y transforma!, ¡luz nueva que transfigura y no sabes cómo!… ¿pensabas, tal vez, hallarla en dónde ahora estás?, ¿suponías descubrirla en lugares privilegiados?, ¿pretendías circunscribirla en zonas o grupos determinados?, ¿se te antojaba propicia cuando cumplías con esto o con aquello, según tales o tales condiciones?… has olvidado abrir las puertas del corazón, ¿estás demasiado sumergido en las fórmulas pasadas, que estrechan cada vez más tu vida?… en horas de madrugada, bendiciendo la aurora que no tiene ocaso, recibe en tu corazón lo más inaudito… descubre tu bien y tu tesoro, déjate llevar por la gratuidad, asciende y limpia tu alma de «segundas intenciones»…la #rosasinporqué deja toda estrechez y transfigurada en la confianza acoge gratuitamente el misterio de los otros, que sólo caben en su corazón… ¿te dejas llevar a las alturas de la humildad para ser transfigurado por quienes te aman?, ¿la gratuidad te transfigura o la mezquindad te desfigura?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 17, 1-9)…