Hay mucha gente que dice que se considera “espiritual”

… hay mucha gente que dice que se considera “espiritual”, y dice de sí mismo aquello de “yo soy una persona muy espiritual”… eso no necesariamente significa religiosa, ni tan siquiera creyente… a veces con ello quiere aludir a que tiene “vida interior”, reflexiona, hace silencio, le gusta abstraerse, meditar, tal vez ayudado por músicas tranquilas… y hay personas que ni “vida interior” tienen, sólo viven para “afuera” y nada para “adentro”… para el cristiano, ser “espiritual” hace referencia al Espíritu de Dios, no al espíritu humano… ¡deja que esta dimensión de gratuidad crezca en ti!… ¡deja, que dentro de ti y fuera de ti, el Espíritu de Dios, la Gratuidad en Persona, tenga espacio para moverse, resonar y suscitar inquietudes!… no se trata de que, al habitarte, el Espíritu te invada y te reemplace: ¡no eres una marioneta!… es más bien una “convivencia” que potencia lo mejor de ti mismo, que hace que la soledad sea sonora y el silencio compañía… el Espíritu resuena en la oración, en la actividad… al ver una serie, al dar un abrazo, al leer un libro, en una canción, al mirar un cuadro, dando un paseo, escuchando a alguien que te habla de su vida… resuena en tu historia, en tu imaginación, y te invita a soñar, resuena en cada encuentro humano… y bajo Su impulso maduran en ti las actitudes que te llevan a vivir con más plenitud: compasión, justicia, verdad, amor… eso sí, el Espíritu no se impone, si no le dejas hablar, se calla y espera, paciente… la #rosasinporqué es inhabitada por la gratuidad, es ella pero no es ella, siempre es “más” que ella… ¿dejas que el Espíritu te inhabite siendo tu Huésped y convives con Él?, ¿tienes “vida interior” o solo te conformas con la “vida exterior”?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 9,18-22)…