… ¡gratuidad abandonada y maltratada!… contemplé una vez su rostro desfigurado en la Cruz y permanecí embelesado… ¿qué hubiera sido de mí si no la conociera entonces?… hoy, cuando se apiñan tantas máscaras engañosas, sería imposible soportar la fealdad… porque la luz, pequeña luz, surge sola en la oscuridad que precede a la aurora… entonces el aire regala su perfume y trae los ecos del río que pasa muy cerca… no se distinguen las flores y aún las aves duermen escondidas en la noche… es la hora de esperar… el Amado no está visible, pero está… el sol se levantará en tu corazón, y es anuncio, profecía y gusto del amanecer sin ocaso… no te dejes vencer por no sé qué gustos o costumbres, según la hora del día… no olvides tu jardín interior y su esplendor… no te conquiste esa falsa necesidad de algunos aplausos que se deslizan como ásperas caricias en tus oídos, siempre dispuestos a la premiación… la gratuidad no se percibe en ruidos ni quehaceres… aquello que, en efecto, alegra tu corazón y de veras te premia, no será jamás encontrado en ningún torneo ni competencia mundana… la #rosasinporqué deshojándose es pura gratuidad, belleza incomparable… ¿en qué consiste para ti la belleza?, ¿solamente en una cuestión estética sin ética?… (no hay Evangelio hoy, la Palabra murió y está en el sepulcro de la tierra)…