… existe un deseo de descubrir y de ir más allá, que se manifiesta con harta frecuencia y no sabes muy bien de qué se trata… la gratuidad te llama, golpea delicadamente la puerta de tu morada, de tu corazón, y no aciertas a responder adecuadamente porque no te atreves a vivir sólo de ella… la explicación de tantas inquietudes y sufrimientos está en este secreto que todo lo llena… no te das cuenta del regalo y de la misma presencia de la gratuidad en tu vida… el don está aquí para cada uno y en cada uno, en modo inefable, en «modo sin modo», en una plenitud que supera cualquier figura o imagen… nada falta, ¡nada te falta!… porque todo “es” en ésta actitud límpida de la gratuidad que te permite vivir en permanente acción de gracias y con ánimo grande en todas las cosas, por pequeñas o insignificantes que sean… basta dejarte alcanzar y tocar por el “don”… no te distraigas con quienes buscan tenderte una trampa… que esta música sublime de la gratuidad, «que es de todas la primera», no se nuble por culpa y responsabilidad de una errónea atención tuya a las piedras del camino… sin gratuidad, no subsistes… la #rosasinporqué no se preocupa por las dificultades del camino, la gratuidad la llena de valor y confianza para seguir siempre adelante en su camino… ¿te demoras y desvías con las preocupaciones y dificultades del camino?, ¿mantienes tu fidelidad hasta el fin?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 13,31-35)…