… estas en una sociedad que todo lo “adelgaza”, que todo lo “relativiza”, que todo lo “mediocriza”… todo es banal, superficial, e intrascendente… todo es prescindible, trivial, y olvidable… ¡pero no!… la vida es seria, el amor es serio, y la justicia, y la verdad, y el talento, y el perdón, y el modo de tu entrega y de lo que entregas, y lo qué das y cómo lo das… ¡no puedes estar jugando con las palabras ni con lo que significan!, ¡no puedes estar jugando a ser lo que no eres!, ¡no puedes vivir de apariencias y de las apariencias!… y mientras no entiendas esto, te convertirás en charlatán, vendedor de humo, y manipulador del Evangelio y de la gratuidad… la “soberbia de la vanidad” es corrosiva, la “avidez de la avaricia” es venenosa… “la mediocridad” se disfraza de “generosidad en la cantidad” y de “falso reconocimiento” por el lugar ocasional que ocupas… por eso, no te pavonees porque no eres como los demás… es que te comparas demasiado con los otros y miras desde arriba a los que juzgas inferiores… y en la “comparación” has puesto tu seguridad, ya tienes elaborados “juicios y condenas” de moda… pero escondes en la ambigüedad tus mediocridades de siempre, haces trampas contigo mismo al elaborar abismales desprecios con los demás… ya tienes tus seguros de ahorros y diezmos, carretillas de méritos con los que pretendes negociar la falta de entrega sincera a la gratuidad… sales tristemente satisfecho de tu mezquindad y mediocridad al verte a ti mismo dando con generosidad de lo que te sobra… escondes con vergüenza la pobreza que es la dureza de tu corazón, y ya poco y nada te interesa… la #rosasinporqué cada mañana da todo lo que tiene desde la gratuidad, no se avergüenza de su pequeñez y pobreza… ¿te das o das?, ¿cómo combates en tu vida la mediocridad y la mezquindad?… (con el Evangelio de hoy, San Marcos 12,38-44)…