… eres biología, sí… ¡pero eres mucho más!… el ser humano se comporta y se entiende a sí mismo como “alguien” y no como “algo”… el varón y la mujer son mucho más que “algo que se construye, que se hace”… la capacidad de amar hasta el extremo y comprometerse por el camino es algo propio y singular de la especie humana… ¡no es solo el deseo de placer o la supervivencia!… “algo” se consolida y afianza en la “posesión”… “alguien” se consolida y afianza en la “donación”… los “vínculos” más hermosos y deseables, la familia y los amigos, surgen de relaciones de confianza y respeto, de “lazos” donde la comunicación, la transparencia y la complicidad permiten a las personas llegar lejos, y no solo en los temas de amor… “la fidelidad” no es solo un sistema efectivo de supervivencia para mantener la unión, tampoco un valor de otro tiempo ni la resaca de una primavera pasada… la “fidelidad” es la consecuencia de un amor profundo y libre que busca darse y entregarse sin cálculo… la “infidelidad”, por mucho que sea pactada y mutua, contradice el verdadero significado del amor y crea un profundo dolor… el amor, con mayúsculas, implica la relación generosa, íntima y gratuita entre las personas, y es capaz de soportar las vicisitudes y el paso del tiempo para crear algo nuevo y bueno en cada situación… la #rosasinporqué no es “algo”, es “alguien” que desde la gratuidad se vincula con fidelidad enamorada con quien la recibe… ¿sirves a dos señores siendo deshonesto con uno de ellos?, ¿amas sin privilegiar a alguien haciendo de la infidelidad algo corriente?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 16,9-15)…