¿Qué estás haciendo?, ¿dónde estás?, ¿quién eres?

… ¿qué estás haciendo?, ¿dónde estás?, ¿quién eres?… el sol de la aurora, el primero de la mañana, ya toca tu alma, y te revela tu identidad… porque el sol se levanta en el horizonte y también en el corazón… ¿has visto cómo sonríen las rosas?… también las otras flores en el jardín de tu casa… es que las flores educan en la sonrisa… resplandecen en un canto sereno, el de su sola presencia… ¿dónde estás?, ¡no huyas ante las nubes!, sobre ellas, despejado, se abre siempre el cielo… no te asusten los sonidos, bajo ellos, escondido, está el silencio… ¿te escondes y no dejas que te miren?, ¿por qué?… no puedes escapar de la mirada de quien te ama: eres los ojos que te miran, el corazón que te ama, las manos que te cuidan… “te vi debajo de la higuera, debajo de lo que debía ser, vi lo que era, vi tus sueños y también tus quimeras, vi tus tropiezos y tus tramposas piedras… te vi cargar tu cruz y renegar por ella, te vi seguirme atrás e intentar pegar la vuelta… vi en fin, lo que no ves, ni creo que tampoco veas, pues al ver tu realidad, la veo entera, y al decirte que te amo… ¡lo hago de veras!…”… la “rosa sin porqué” es la sonrisa de quien gratuitamente la mira… ¿te reconoces mirado, cuidado, amado?, ¿miras, cuidas y amas a quienes dices que son todo para ti?… (con el Evangelio de hoy, San Juan 1,45-51)…