Escucho, Señor

… escucho, Señor, con atención y admiración tus palabras… me entusiasma esta “Buena Noticia” que dices inaugurar con tu Persona, destinada a todos los pobres, los humildes, los sencillos y los pequeños de la tierra… me doy cuenta, Señor, que desencaja tu propuesta con muchas de mis pretensiones de felicidad y de grandeza, y busco restarle trascendencia con excusas y vueltas… Jesús de Nazaret, ¿qué Dios me revelaste?… no construiste un arca como Noé para salvarte con los justos, no edificaste como Salomón un templo morada de Yahvé, no condujiste como Moisés un pueblo a la tierra prometida, no tuviste como Abraham una constelación de descendientes… Tú, Jesús, ahogado en el diluvio de las gentes, Vida derramada por las calles… templo desmoronado, en tu Cuerpo indefenso… geografía sin fronteras y sin puño autoritario, Iglesia latiendo en toda sangre… ¿qué Dios me revelaste?, Jesús de Nazaret, limitado y corporal, universal y ajusticiado, el Único mañana tan presente… ¿qué Dios me revelaste que no se acomoda a mis intereses?… la #rosasinporqué escucha y acepta con alegría la Buena Noticia de la gratuidad… ¿escuchas y aceptas la Buena Noticia de Jesús?, ¿eres de los que se entusiasmas al comienzo y después rechazan y dejan?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 4,16-30)…