¡Escucha los Ojos que te miran amándote!

… “caminante peregrino”, ¿cómo recuperas el silencio cuando la agitación y las inquietudes parecen turbarlo?… es verdad que el ruido del hacer parece llevar no sólo la mejor parte sino el dominio absoluto… y esto no sólo en la calle, sino en las moradas, todas, hasta en los lugares más íntimos… y, sin embargo, estás llamado al silencio… tu vocación es la Paz… claro, ¡no hay modelos!, ni siquiera entre aquellos que debieran dar ejemplo en su vida de madurez y de quietud… tantos se suceden unos a otros en el grito… víctimas -¡tantos!- de la ansiedad y del desquicio interior…

… pequeño y buen amigo, pequeña y buena amiga, la acedia se ha impuesto sin más, y los resultados se muestran con claridad… es el rechazo de “lo espiritual verdadero” que se percibe en todas partes y en lo cotidiano… es cuando nadie puede elevar la atención a un nivel superior porque se busca lo epidérmico… ¿qué hacer mientras tanto?… ¡es preciso orar!… y para orar has de descubrir el silencio y la paz imperando en tu corazón… mira, existe una “puerta” en tu alma abierta al espíritu… que, aunque escondida, muy escondida, nada ni nadie puede cerrar…

… a esa “puerta” accedes dejándote mirar por tu Señor… cuando la práctica constante de esta suerte de “introducción” en los “ojos” de Dios acaba por ganar tus hora y tus día, ¡el silencio que hay en tu alma despierta!… y eso, eso que está molestando fuera, esa agitación, ¡apaga su furor!… nada te rapta tanto como ese “mirar” de Dios… no preguntes ni digas mucho más… apóyate en el Respiro, en el Soplo de vida que recibes a cada instante en el “mirar” de tu Señor amado…

… entonces, ¡vamos!… ¡arriba!… ¡allí donde te encuentras ponte de pie y respira hondo!… con la “pequeña oración” de la mañana, y de cada momento, te dejas mirar el corazón por tu Señor… silencia la agitación, silencia las inquietudes… escucha los Ojos que te miran amándote… te miran amándote no por lo que haces, que debes hacerlo y bien… sino porque tu Señor te ama sin más, descomunal, desinteresada y totalmente… desayuna y matea con la Verdad del “pan del día”, (Lucas 10,38-42: “… eligió la mejor parte que no le será quitada… ”)…