… es triste ver que muchos prefieren la mediocridad y lo más vulgar… parece que se buscan los niveles más bajos, quizá para no molestarse con exceso o, simplemente, por reacción o por miedo… la opción por lo más “barato”, en cualquier orden, pareciera que lleva las de ganar y nadie vacila en la elección… es la presentación de lo “decente” y, tal vez, de lo posible… y el hombre se justifica diciendo “me costó poco”… pero una conducta que de tal modo tira hacia abajo, tiene otras consecuencias… dar, de lo que se tiene, lo peor… así, nadie se molesta en el bien mayor para el otro… sólo “vale” lo que “cuesta poco”… esforzarse por hablar bien, por ofrecer lo bello, por buscar el contenido profundo de las cosas, hacer los posible por sacar un sonrisa a los niños… todo eso no vale la pena… anímate a presentar a los demás y a Dios, a ofrecer, lo mejor de ti… la #rosasinporqué ofrece siempre la gratuidad como lo mejor que posee, y no se queja… ¿qué ofreces a Dios y a los demás?, ¿te quejas y lamentas después que te ofreces?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 2,22-40)…