… es hoy, lo sé;
ha sido hoy desde siempre,
pero he sido esquivo en el ayer,
convenciéndome que sería mañana…
… es hoy, lo sé;
aunque no has llegado todavía,
pero yo sé que estás aquí;
nadie más podría retenerme
en estas paredes de silencio
expirando soledades…
… es hoy, lo sé;
mi deseo con tu encuentro
sigue ahondando ausencia,
y cuando te muestres
seguirá tu Presencia
encendiendo mi deseo…
… es hoy, lo sé;
en esta espera lenta
se afian mis sentidos;
un reflejo fugaz
es un mensajero de luz,
y en el rumor más tenue
ya hierve toda mi vida…
… es hoy, lo sé;
al salir a los encuentros,
en toda ausencia humana
que deambula por las calles,
se paraliza por lo indiferencia
o languidece en los rincones,
te percibiré mejor a Ti
en mínimas señales,
pues no puedes brillar tanto
que ciegues mis sentidos…
“… entonces (Jesús) comenzó a decirles:
‘hoy se ha cumplido
este pasaje de la Escritura
que acaban de oír’…” (Lucas 4,21)
(… la “rosa sin por qué” sabe que es hoy el día para vivir la gratuidad… con el Evangelio de hoy, San Lucas 4,16-30…)