¿Enviados?

¿Enviados?
¿Es necesario?
¿No es violentar
la libertad, condicionarla?
¡Que cada uno haga la suya!
¡Que cada cual se las arregle!
Y, ¡basta!

¿Enviados?
¿Es necesario?
¿No es violentar
la libertad, condicionarla?
¡Que cada uno haga la suya!
¡Que cada cual se las arregle!
Y, ¡basta!

¿Enviados?
¿Por qué?
¿Para qué?
¿De dónde?
¿A dónde?
¿Cuándo?

Padre de Jesús,
¡todavía tu hijo
no ha regresado
a casa,
ni le ha llegado
tu abrazo!

Padre de Jesús,
¡tu hijo aún te busca,
orfandad oculta
de algunos,
llaga que no sana
de otros!

Padre de Jesús,
¡tu hijo sigue abajo,
vive afuera,
anda errante,
y muere solo
con un grito
que no cesa!

¡Llámame!
¡Provócame!
¡Sedúceme!
¡Descolócame!
¡Enamórame!
¡Y envíame!

¡Envíame!,
¡no para imponer
sino para proponer!,
¡no para obligar
sino para contagiar!

¡Envíame!,
¡sin amenazas
ni la hoz!,
¡sin prebendas
ni boletas!,
¡sin registros
ni estadísticas!
¡Envíame!,
pero antes,
¡enamórame!,
para que no sean
mis palabras,
sino las Tuyas,
las que diga.

¡Envíame!,
pero antes,
¡enamórame!,
y seremos dos,
para que no sea yo,
sino tu Corazón y el mío
los que vayan!

¡Envíame!,
de mi nada
a mis hermanos,
para que te conozcan,
cuando quieras,
pero
¡enamórame sin porqué!
que me alcanza y basta.

(… la #rosasinporqué es enviada a llevar la gratuidad para que se valore y disfrute la vida como un don y una responsabilidad… con el Evangelio de hoy, San Marcos 6,7-13…)

¿Enviados?
¿Es necesario?
¿No es violentar
la libertad, condicionarla?
¡Que cada uno haga la suya!
¡Que cada cual se las arregle!
Y, ¡basta!

¿Enviados?
¿Por qué?
¿Para qué?
¿De dónde?
¿A dónde?
¿Cuándo?

Padre de Jesús,
¡todavía tu hijo
no ha regresado
a casa,
ni le ha llegado
tu abrazo!

Padre de Jesús,
¡tu hijo aún te busca,
orfandad oculta
de algunos,
llaga que no sana
de otros!

Padre de Jesús,
¡tu hijo sigue abajo,
vive afuera,
anda errante,
y muere solo
con un grito
que no cesa!

¡Llámame!
¡Provócame!
¡Sedúceme!
¡Descolócame!
¡Enamórame!
¡Y envíame!

¡Envíame!,
¡no para imponer
sino para proponer!,
¡no para obligar
sino para contagiar!

¡Envíame!,
¡sin amenazas
ni la hoz!,
¡sin prebendas
ni boletas!,
¡sin registros
ni estadísticas!
¡Envíame!,
pero antes,
¡enamórame!,
para que no sean
mis palabras,
sino las Tuyas,
las que diga.

¡Envíame!,
pero antes,
¡enamórame!,
y seremos dos,
para que no sea yo,
sino tu Corazón y el mío
los que vayan!

¡Envíame!,
de mi nada
a mis hermanos,
para que te conozcan,
cuando quieras,
pero
¡enamórame sin porqué!
que me alcanza y basta.

(… la #rosasinporqué es enviada a llevar la gratuidad para que se valore y disfrute la vida como un don y una responsabilidad… con el Evangelio de hoy, San Marcos 6,7-13…)