En la oración de todos los días

… en la oración de todos los días, tratando de estar cerca de los que me confiaste, Señor… en el servicio cotidiano, Señor, cuidando afectiva y efectivamente sus vidas… un día, no al comienzo, pero sí un día, descubrí que lo más importante no es que yo te busque, sino que Tú me buscas en todos los caminos… que yo te llame por tu Nombre, sino que el mío está tatuado para siempre en la palma de tu mano… que yo te grite cuando me faltan las palabras, sino que Tú gimes en mí con tu grito… que yo tenga proyectos para Ti, sino que Tú me invitas a caminar contigo hacia el mañana… que yo te comprenda, sino que Tú me comprendas en mi último secreto… un día me di cuenta que lo más importante no era que yo hable de Ti con sabiduría, sino que tú vives en mi, y te expresas a tu manera… que yo te ame con todo mi corazón y todas mis fuerzas, sino que Tú me amas con todo tu corazón y todas tus fuerzas… que yo trate de animarme a soñar, sino que tu fuego arde inextinguible dentro de mis huesos… porque, ¿cómo podría yo buscarte, llamarte, amarte, si Tú, no me buscas, llamas y amas primero?… el silencio agradecido es mi última palabra, y mi mejor manera de encontrarte… la #rosasinporqué descubrió que lo más importante es la gratuidad, y a partir de ella y con ella amanece cada mañana… ¿qué es lo más importante en tu vida?, ¿qué haces para cuidar lo importante en la vida de los tuyos?… (con el Evangelio de hoy, San Juan 17,1b.11b-19)…