En horas de madrugada

… en horas de madrugada, cuando apenas el sol asoma allá lejos en todos los horizontes, en el mar y en la llanura, en los valles y más arriba de las montañas… en horas de madrugada, también, hoy mismo, surge para ti esa Luz que no tiene ocaso y que te brinda siempre el regalo de dejarte abrasar por Ella… ¡Luz que quema!, ¡Luz que enciende y transforma!, ¡Luz nueva que transfigura y no sabes cómo!… ¿pensabas, tal vez, hallarla no sé dónde?, ¿supones descubrirla en lugares privilegiados?, ¿pretendes circunscribirla en instituciones determinadas?, ¿se te antoja propicia cuando cumples con esto o con aquello, según tales o tales condiciones?… a fuerza de ese buscar interesado, de ese suponer prejuicioso, hoy es magro el resultado y no percibes nada… has olvidado abrir las puertas del corazón, estas demasiado sumergido en fórmulas pasadas, que estrechan cada vez más tu vida… en horas de madrugada, bendiciendo la Aurora que no tiene ocaso, recibe en tu corazón lo más inaudito… descubre tu bien y tu tesoro, limpia el alma de «segundas intenciones», deja toda estrechez y aprende en la soledad de la oración a acoger el misterio de los otros, que sólo caben en el corazón… la #rosasinporqué aprovecha las horas de la madrugada para abrir el corazón a la gratuidad… ¿comienzas el día sin hacer oración callada?, ¿con qué luz comienzas la jornada?… (con el Evangelio de hoy, San Juan 12,44-50)…