El objeto de tu esperanza nunca es «imposible»

… el objeto de tu esperanza nunca es «imposible», por el contrario es lo más inmediato en tu vida y lo que más te debe afirmar en la verdad… los mediocres insisten, en cambio, en los propios antojos y en sus supuestos «poderes», y desprecian “esperar”… nadie «puede» eso que supone «poder» y «alcanzar»… el hombre sólo alcanza lo que Dios le da y le otorga… ¿para qué quieres más u otra cosa?, o ¿qué significa «más»?… deja de pretender «cosas» o «cosillas», abandona, deja y mil veces «deja»… no aferres ni te aferres, ¡suelta!… agua que no has de beber, déjala correr… y más que nunca en la esfera de lo «religioso», es aquí donde hay mayor riesgo de fariseísmo y de sutil hipocresía… existe un lugar para la hipocresía, para la ceguera, para la incapacidad de imaginar alternativas… si, y ese lugar es donde se quiere encorsetar la vida en un libro, en una ley o en un relato… sin comprender que la realidad desborda lo que percibes, y que es sabio irlo descubriendo… la frescura de la gratuidad es mucho más honda que la mezquindad que encoge los corazones… por ello deja que la gratuidad te habite y olvida esas ambiciones menudas que acaban por frustrar el trabajo y la vida toda… la #rosasinporqué espera con humildad llena de confianza, la gratuidad le impide la hipocresía de pretender todo con el propio esfuerzo… ¿eres un ciego que guía a otros ciegos desde la mezquindad y la ambición?, ¿vives aferrado a tus logros y desprecias a quienes no lo valoran ni reconocen?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 23.13-22)…