El día no me ha ofrecido más luz para encontrarte

… el día no me ha ofrecido más luz para encontrarte, ¿será, entonces, Señor, la noche mi compañera o mi brújula en esta búsqueda que aunque no quiera me quema e impulsa?… te he buscado en el sol, la luna y las estrellas, en las montañas y los océanos, en las quebradas y las sierras, siguiendo arroyos, rastreando picadas, escrutando bibliotecas, escribiendo cartas, enviando mensajes en botellas como aquel naufrago en su isla desierta… te he pispiado en los niños inocentes y en los jóvenes inquietos, en los enfermos luchando por la vida y en los que se estaban muriendo, en los enemigos sin crédito y en los amigos sin débito, en los abrazos y besos y en las manos tendidas del huérfano… “me buscabas tan lejos y tan cerca, y Yo siempre a tu lado, como aquella vez en que agobiado y ya sin fuerzas, sólo y llorando, te tiraste a la sombra de esta higuera que siempre te acompaña… ¿recuerdas?… habías renunciado a cualquier mañana, vencidos tus sueños y esperanzas… y, de repente, el canto de aquel pájaro abrió la puerta de tu jaula y saliendo de tu encierro, sin necesidad de ir a ninguna parte, me encontraste tan cerca, ¡tan cerca!”… “Maestro, tu eres el Hijo de Dios, tu eres el Rey”… la #rosasinporqué es apasionada en la búsqueda del bien y la verdad, la gratuidad la renueva cada mañana… ¿sigues buscado?, ¿con quién hablas de tus búsquedas?… (con el Evangelio de hoy, San Juan 1,43-51)…