El amor tiene muchos nombres, muchos rostros, muchas formas, tiene innumerables historias

… el amor tiene muchos nombres, muchos rostros, muchas formas, tiene innumerables historias… es amistad, fe, pasión, enamoramiento, seguimiento… es fraterno, filial, paterno, esponsal… es compasión por las vidas heridas o anhelo por lo que está por vivir… es encuentro, quietud o tormenta… es aceptación incondicional, y confianza en las posibilidades del otro… es perdón, comprensión, oración, ofrenda… es disfrutar de la presencia y no soportar la distancia… es celebrar juntos la vida y llorar juntos la caídas… a veces es sed y otras manantial que sacia los anhelos… ¡es señal de que estas vivo!… pero el amor no es libre, sino que necesita de la libertad para darse… no es sexo, aunque si pasión… se enferma cuando se vuelve espectáculo, y se fortalece cuando es intimidad… no necesita propaganda porque no se vende ni alquila, aunque necesita de gestos para autenticarse… ¡enamorarse es el nombre mismo de la vida!… enamorarse supone desarrollar esa capacidad de renuncia, de ir dejando… y lo haces porque te lanzas en pos de algo y de alguien que te apasiona, que te enamora… si quieres tenerlo todo te queda nada, atrapado en un sueño imposible de omnipotencia… renunciar es parte del amor, ¡todo enamorado sabe que lo importante es lo que sigue y abraza!… la #rosasinporqué ama en serio y con fidelidad porque elige la gratuidad en todo y no se lamenta por lo que deja… ¿lo que eliges es suficientemente amado como para evitar las quejas por lo que dejas?, ¿has dejado lo dejado o aún sigues atado?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 9,57-62)