El culto a las exterioridades ha fenecido para el amigo y la amiga de la rosa

… el culto a las exterioridades ha fenecido para el amigo y la amiga de la rosa, para quien desee y busque el secreto escondido en el jardín del corazón… hace ya mucho tiempo que soñabas con disfraces siempre diferentes, apostando a “seguridades” o a “tranquilidades” superestructuradas, armaduras de hierro que pretendían y pretenden proteger… hoy sabes que siempre quedabas detenido en el mismo lugar… quizá porque no acababas de distinguir el horizonte hacia el destino que, sin embargo, no es “allá”… ¡tu historia de gratuidad es arribar “adonde” nunca lo tuviste como posible!… es así, aunque no entiendas el tejido escondido de semejante afirmación y pretensión… “adonde” no todos llegan, porque se desprecia la santa locura de quien ¡por fin! emprende el camino sin más… ¿el camino?, ¿qué camino?… ningún camino de esos que están por ahí… cuando consideras que “estás donde eres” trazas una huella o mil huellas… ¿camino?, ¿progreso?… pues nada de todo eso, ni método, ni ensayo, ni excesiva planificación… aquí no más, hacia muy adentro, efectivamente “más allá”… estarte “quieto” es “caminar” por no sabes dónde, porque ya estás… la #rosasinporqué va por todo el mundo sin siquiera moverse, ahondada por la gratuidad está en todas partes… ¿piensas que por moverte mucho avanzas o progresas?, ¿necesitas del maquillaje por insuficiencia de belleza?… (con el Evangelio de hoy, San Juan 7,40-53)…