…. cuidado con “esa” actividad, “esa” obsesión por hacer esto o aquello, que termina por dejar todo postrado y sin los resultados apetecidos… no es bueno dispersarte y tener por fecundo lo que nunca acontece… ¡cuántas veces te lamentas por no alcanzar esos objetivos o aquellos otros resultados!, ¡y cuánto te equivocas cuando generas una “preocupación” tras otra para darte la sensación de que “haces algo”, de que estas al día y a la hora!… deja que aquél tren se vaya, no lo corras… esfuérzate por aprender la quietud y alégrate si has de “aguardar” un poco más… esos espacios de “espera” son riquísimos para meditar, para orar, para caminar, para vivir… el “culto” de la “oportunidad” no es “absoluto”… hay oportunidades, muchas desde luego, pero puedes con fruto dejar algunas… en el fondo está el diablillo de la “competencia” que tanto molesta a veces, empujando sin ton ni son para que te tengan por “el mejor”… la superficie esconde siempre la hondura, es urgente que rompas caparazones y penetres más adentro… ¡aunque no te vea nadie!… la #rosasinporqué anda sin ser notada, sin presunción alguna, agradeciendo siempre y con la fragancia no invasiva del silencio… ¿aceptas andar sin ser notado dejando la paz en cada rincón que llegas o visitas?, ¿te preocupas tanto por “hacer” que dejas de “ser”?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 10,1-9)…