¡Cuánto necesita tu corazón de una mirada más honda y más limpia!

… ¡cuánto necesita tu corazón de una mirada más honda y más limpia!, ¡cuánto necesitas de una pedagogía de la mirada!… ¿qué ves cuando miras?, ¿cómo miras a tu alrededor?, ¿haces algo para aprender a mirar?, ¿cómo miras al diferente?, ¿cómo te miras a ti mismo?, ¿cómo miras al que consideras superior?, ¿y al que consideras inferior?… miedo, ira, vergüenza, indignación, complejos, ideología, tristeza, prisas, cariño, respeto, ternura, curiosidad, solidaridad, justicia, oración, indiferencia… tantas cosas puedes llevar en la mirada, ¡tantas cosas!… hay algo en tu interior que te hace tener ya muy claro cómo es el otro, quizás para ahorrarte la capacidad de sorpresa, quizás para sentirte seguro, para no sentirte amenazado… quizás porque te sientes más cómodo “con los tuyos”, con los que son como tu… quizás porque lenta pero eficazmente, se te ha educado en que “tu” cultura, “tu” raza, “tus” ideas políticas, “tu” clase social, “tu” fe, son lo mejor, lo correcto y “lo normal”… quizás, en definitiva, porque no quieres salir de “tu” baldosa, de “tu” mundo… la mirada farisaica siempre supone una cierta superioridad, una presunta certeza de que son los otros los que siempre se equivocan… la mirada farisaica es severa e inmodificable, porque la manía ideológica le dice a fariseo como “debe ser” la realidad en vez de aceparla como “es”… ¡si llevaras amor en la mirada!… ¡si en lugar de dejarte llevar por los prejuicios fueras capaz de mirar y de dejarte mirar!… la #rosasinporqué posee una mirada limpia porque la gratuidad da libera de prejuicios, de inseguridades y de desconfianzas… ¿vives lleno de prejuicios y no tienes limpia tu mirada?, ¿piensas que siempre tienes razón?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 11, 37-41)…