… cuando te haces cargo de algo, cuando se te confía una misión o tarea, cuando otros dependen de tu entrega… ¿cómo lo haces?, ¿sólo o con otros?… aunque muchas veces quieras hacer las cosas solo, por una cuestión de rapidez, las cosas así no funcionan… necesitas la compañía, la relación interpersonal… puedes alcanzar tu madurez en la apertura y donación de la amistad o el amor, o puedes quedarte encerrado en una monótona afirmación de ti mismo como personaje principal de una triste historia o historieta… el secreto de la responsabilidad compartida de unos y de otros estará en crear vínculos… y, para ello, has de hacerte cargo y ser paciente, y hacer que los otros también se hagan cargo… dejar que el otro se manifieste como tal… contemplarlo, pasar tiempo juntos, aceptarlo, amarlo… el secreto estará en ver con el corazón, lo cual resulta poco menos que imposible a quien se niegue a dar de lo suyo… porque quien “domestica” se hace responsable de lo que ha domesticado, tiene la suave y fuerte atadura del amor… si quieres hacer las cosas rápido, hazlas sólo… si quieras hacerlas bien, hazlas con otros… la #rosasinporqué asume su responsabilidad desde la gratuidad, nunca hace las cosas sola sino con y para otros… ¿eres un responsable solitario, histérico y antisocial?, ¿compartes la responsabilidad en equipos sabiendo delegar?… (con el Evangelio de hoy, san Mateo 25,14-30)…