Cuando amas, y amas de verdad, más habitas en quien amas que en ti

… cuando amas, y amas de verdad, más habitas en quien amas que en ti… tu morada es el corazón que amas… allí vives, allí te mueves, allí existes… por eso realizas todos los días un éxodo de ti hacia el amado, hacia la amada, para establecerte en dónde te sabes plenamente libre y totalmente feliz… fuera de ese corazón amado te reconoces un exiliado, una exiliada… que tengas la valentía de arriesgar la vida por él, por ella… que puedas tener el gozo desbordante de gastarte deshacerte, enamorado, enamorada… que tengas alas para volar y pies para caminar al paso de quien tanto amas… que puedas entregarte, con esa entrega que “da vida” desde la vida, la de cada día… que no te pese dejar tu vida por hacer felices a los tuyos… y, si es necesario, ¡no lo dudes!, da la vida desde la cruz, desde la vida que brota cuando el grano muere en el surco… la #rosasinporqué da su vida cada día abriéndose en gratuidad y deshojándose agradecida… ¿dónde habitas?, ¿das la vida, te desvives, por quienes amas?… (con el Evangelio de hoy, San Juan 12,20-33)…