… con sabor a poco, es el pan que tienes entre tus manos… ante ti a una multitud cansada y hambrienta, y tus escasos recursos no pueden multiplicarse por más buena voluntad, empeño e ingenio que tengas… aunque tuvieras todo el oro del mundo, no alcanzaría… porque hay hambres que no se sacian con el pan que cuesta sudor y lágrimas… no alcanza con alimentar la “panza”, hay que alimentar también el “alma”… pero no estás sólo, estás con tu Señor en comunidad de discípulos, y Él los convierte en servidores para que, desmultiplicados, sirvan el nuevo Pan multiplicado de su Persona y Palabra a lo largo de la historia… el Señor quiere llegar a todos y pide tu ayuda… dale tu oración: ¡es un pan!… dale tu Eucaristía vivida: ¡es otro pan!… dale tu decisión por la reconciliación con los tuyos, con los que te han ofendido: ¡es otro pan!… dale tu reconciliación sacramental con la Iglesia: ¡es otro pan!… dale tu pequeño sacrificio, tu ayuno, tu solidaridad: ¡es otro pan!… dale tu amor a su Palabra, que te da consuelo y fuerza: ¡es otro pan!… dale, en fin, lo que Él te pida, aunque creas que sólo es un poco de pan y verás cómo alcanza y sobra… la #rosasinporqué alimenta y sacia con su presencia gracias a la multiplicación de la gratuidad… ¿intentas hacer “algo” ante las hambres de tus hermanos?, ¿pones tus escasos 7 panes en las manos del Señor?… (con el Evangelio de hoy, San Marcos 8,1-10)…