Cómo aprender de Ti, María

… “¿cómo aprender de Ti, María, el arte de la humildad, del servicio incondicional y callado hecho canto?… Madre, muchos encuentros y nombres de sol van hundiéndose por las tardes en la distancia del horizonte, y desaparecen”… “… hijo mío, ¡deja pasar!… ¿por qué apresar lo que encontraste?… todo lo que retengas se va paralizando con la muerte, y pierde su canto y su vuelo… mil miradas tuyas ya no te pertenecen, iluminaron otras intimidades apagadas y ya salieron de tus sueños y tus mapas… ¡deja pasar!, y verás cómo tu vida entregada no ha muerto… llegará el día del reencuentro con toda tu vida regalada, anónima compañía de soledades, unción sobre frentes ya enterradas… hijo mío, ¡deja pasar!… la gracia de mi Hijo hará nido en tu carne con tus hierbas secas, y cuando madure y no sea “tuya”, volará hacia los otros hecha mirada y palabra que crea… y en ese hueco que te queda de plenitud insatisfecha anidará nueva Su Presencia… sólo importa que tú llegues, cada atardecer, con horizontes cargados en la espalda, porque la vida empuja fuera de tus huesos, en el sueño y en la noche, y así se iluminarán caminos que amanecerán en otros… hijo mío, ¡deja pasar!… y al final, es verdad, no tendrás nada, ¡pero serás plenitud, de tanto ensancharte dejando pasar!”… “¡Madre!, ¡gracias, mi Reina esclava!… la #rosasinporqué reina sobre todas las flores, porque a todas las sirve con la belleza de la gratuidad… ¿qué actitudes de servicios tienes para con los demás?, ¿dejas pasar o acaparas?… (con el Evangelio propio de hoy, San Lucas 1,26-38)…