… ¿cómo andar sin agua cuando hay tanta sed?… aún te queda el “lenguaje de las lágrimas», que brotan, corren y caen en silencio… pero en un silencio que es siempre nuevo, un silencio agradecido… llora sí tu soledad fecunda, ya que eres un sediento y clamas por esa agua viva que te alivie… hay quienes ya no tienen sed de nada, por exceso de aguas estancadas… es necesario que busques más, que vayas “más hondo”… no encontrarás soluciones en «extensión», en pura línea horizontal, por los acantilados de la «cantidad»… las «estructuras» que te agobian y fatigan, el ruido, las distracciones, oprimen en un pequeñísimo lugar, tu error es otorgarles una influencia de la que carecen… por la gratuidad deberías estar lejos de esas angustias, pero te hallas manoteando por estar cerca… alimenta y sacia tu sed profunda en las aguas cristalinas de la gratuidad, y tu corazón se convertirá en un manantial para los demás… la #rosasinporqué es un manantial de luz y de vida porque alimenta y sacia su sed en las aguas de la gratuidad… ¿necesitas pedir un poco de sed porque estás saciado de aguas estancadas?, ¿eres un sediento de gratuidad, de confianza y de amor?… (con el Evangelio de hoy, San Juan 6,30-35)…