Aprecios y desprecios, reconocimientos y desconocimientos, aprobaciones y censuras

… aprecios y desprecios, reconocimientos y desconocimientos, aprobaciones y censuras… el abanico de opiniones, diversas e incompatibles, se multiplica al infinito… ¿qué posición tomas?, ¿qué postura adoptas?, ¿hacia dónde te inclinas?… espera, no te apresures, no tengas prisa en lo que importan tan poco… déjate iluminar aunque la luz exterior no parezca dispersar las tinieblas… ¡déjate iluminar por dentro!… vivir en acción de gracias quizá requiera un coraje nuevo, ahora mismo, cuando sufres el desprecio o la ignorancia de tantos… los valores no dependen de los aplausos o de las aprobaciones ruidosas: esas que siempre «dejan bien»… si quedas solo, si nadie quiere «entender» ¡no importa!… aquí estás en esta fidelidad dichosa cuyo resplandor no conoce fronteras y cuyo silencio único penetra hasta las entrañas… no hay «premios» grandes en este mundo… ocurre que no es «grande» en realidad lo que tal se te antoja… deja que la gratuidad resplandezca siempre nueva en tu vida y en tu corazón… y llora todas las veces que quieras, que no está mal llorar… la #rosasinporqué no cambia de color según las circunstancias, permanece fiel a la gratuidad y eso la hace aún más hermosa… ¿eres capaz de ser fiel sin fanatismo o eres tan inseguro que el fanatismo te da valor?, ¿dejas que la gratuidad salga en tu defensa ante las acusaciones de la mezquindad?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 12,8-12)…