Amigo: quiero agradecerte

… “amigo: quiero agradecerte, de tus ojos la mirada con que encontrarme quieres… de tus manos, la ternura con que a mi vida atiendes… de tus labios, la palabra con que todo bien lo puedes… de tu corazón, la amistad con quien a casa siempre vienes aunque ande yo fuera en las cosas que lejos me entretienen…”… el amor ni excluye la amistad ni la supone, la siembra… un amor que no siembra amistad, lleva algún germen de egoísmo dentro… el amor siembra amistad sólo si ahonda en un conocimiento más profundo de los amigos: conocimiento que no es un intercambio de conceptos, sino de vida… para alimentar un amor se necesita que la vida se comparta y circule en un ida y vuelta… el amigo sabe que no basta con amar, sino que se necesita permanecer en el amor… sólo el amor que permanece crea amistad… el que no, engendra servidumbre, impone al otro permanecer vivo en su amor a pesar de la incomunicación de la que se le hace objeto… sólo un amor que permanece y crea amistad da fruto, es fecundo, el que queda incomunicado es estéril y se seca… la “rosa sin porqué” es esa amiga de las mañanas que permanece en su gratuidad iluminándote la jornada… ¿tienes amigos como un coleccionista o eres amigo compartiendo la vida?, ¿siembras la amistad a tu alrededor o pretendes sólo cosecharla?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 13,1-9)..