Aloja la oración en tu respiro

… “caminante peregrino”, te preguntas qué puedes hacer… esta pregunta se agolpa con tantas otras en las jornadas de tu andar de peregrino… no es hora que respondas a esto o a aquello, sino de atender, en tu corazón, lo que allí habita desde siempre… ahora mismo surge lo que aguardabas sin sospechar nada… en suma: «¡alégrate!»… alégrate una y mil veces aunque nada veas a tu alrededor… aunque todo lo cubra el silencio… aunque el desorden de la hora presente acabe por asustarte…

… pequeño y buen amigo, pequeña y buena amiga, a pesar de lo que fuere todo está, todo se da… la respiración profunda ni desfallece ni puede desfallecer… ¿es necesario insistir tanto en que todo lo tienes o todo lo recibes?… es tiempo de verdad y de realidad profunda… si no hay ruidos ni estrépitos, si nadie garantiza con sellos y documentos: ¡no importa!… la vida late, el corazón late… Dios regala y es Presencia… ¡no temas!… aunque te sientas en soledad, aunque te halles solitario en las sendas de este mundo o de cualquier otro…

… no, no temas… nada especial tienes que hacer, calla y reposa… recibe con gozo, allí nace la oración y la vida, quien ora todo lo tiene… la oración abandonada y sincera, la más simple, es el decoro y respiro de tu vida… ¿puedes imaginar alguna cosa o plantear una «situación» más profunda o más fecunda?… nada tan hondo como la vida en Dios o la vida de Dios… ¿qué más decir?, aloja la oración en tu respiro… da todo a Dios cuando expiras y recibe a Dios solo cuando inspiras…

… entonces, ¡vamos!… ¡arriba!… ¡allí donde te encuentras ponte de pie y respira hondo!… con la “pequeña oración” de la mañana, y de cada momento, te desprendes de todo para estarte a solas con Quien tanto te ama… pero no te aíslas, no te distancias de los problemas, no das rodeos ante tu hermano caído… al contrario, desasido eres totalmente compasivo porque eres verdaderamente libre… deja, pues, de inquietarte tanto sobre lo que puedes o debes hacer… desayuna y matea con la Verdad del “pan del día”, (Lucas 10,25-37: “… ¿qué debo hacer?… ”)…