Abandona tu «ego», ¡que no eres tú!

… abandona tu «ego», ¡que no eres tú!… deja tu «yo diminuto» y abre tu corazón profundo… ¡cuántos «apegos» y cosas!… ¡cuántas cosas que han caído y caerán en tu vida!… suelta, abre la mano y el corazón… ¿temes «caer» no sabes dónde?… es posible, pero no caes… no hay caída, porque si sueltas, abandonándote, caes en la gratuidad… ¡ella es todo!… aún deja «pensamientos» y «maneras», que disfraces acaban siendo, luego de tantas justificaciones y reparos… hermosa es la caligrafía, pero terrible cuando dependes de ella… busca la belleza que te eleva por encima de todo… valora este instante, el soplo, este respiro que es vida… tal vez lo mejor no se repita, porque tiene su eco y su maravillosa transfiguración en la resurrección y en la eternidad… el sabor del instante que no se repite tiene su gusto en la eternidad… la #rosasinporqué no teme deshojarse, ya que la gratuidad la hace bella aún con un sólo pétalo… ¿a cuántas cosas estás aferrado, atornillado o soldado, pensando que garantizan tu precaria seguridad?, ¿has sabido construir sobre la roca de la gratuidad o sigues construyendo sobre la arena de la mezquindad?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 21,5-9)…