Que ven mis ojos

… ¿qué ven mis ojos,
qué oyen mis oídos?…
… ¿qué contemplo y escucho,
discierno, oro y comprendo?…

… sombras, noches,
desolación y angustia,
gritos y llantos,
gemidos y sollozos…

… este es el triste escenario,
el paisaje cotidiano,
con que me enfrento y convivo,
¡estallido de lo social en mil fragmentos!…

… una gota de agua
que se estrella
contra el asfalto,
y estalla
en mil pedazos
dispersos por el suelo….

… ¡ninguna
mano experta
podrá hilvanar ya,
con sabia cirugía,
tus brillos quebrados
y devolverte tu armonía
de joya transparente!…

… ¡sólo el Sol
que te contempla,
podrá bajar una mañana
con su aliento cálido,
hasta tus residuos esparcido,
aspirarte de la muerte,
concentrarte en la altura
y echarte a volar
de nuevo,
nube ligera
en su eterno
de azules infinitos!…

… pero déjame,
vida tan preciosa,
de los niños y familias,
en mi amada Argentina,
cuidarte de rodillas
hasta que el Sol
vuelva a acariciarte
en esta tierra bendita!…

… ¿qué ven mis ojos,
qué oyen mis oídos?…
… ¿qué contemplo y escucho,
discierno, oro y comprendo?…

… veo esperanza
en las manos que trabajan,
en los corazones que aman,
en aquellos que oran, luchan y aguantan…

“… felices, en cambio,
los ojos de ustedes, porque ven;
felices sus oídos, porque oyen…”
(Mateo 13,16)

(… la “rosa sin porqué” tiene su confianza puesta en la gratuidad por eso vislumbra todo con esperanza… con el Evangelio de hoy, San Mateo 13,10-17…)