La insignificancia de un grano de mostaza

… la insignificancia de un grano de mostaza es una montaña de sueños, el poquito de levadura que leuda la masa es un montón… el verdaderamente “pobre” no descuida aquello “pequeño” en donde tiene puesta su esperanza, las poquitas cosas que tiene son muy cuidadas… no avaramente, sino como quien siente la responsabilidad de lo que tiene porque le fue dado… no lo lleva con el descuido del “rico”, que consigue las cosas sin mayor sacrificio, y al que, de perdérsele algo ni se entera, cargado como está de cosas, y muchas superfluas… el “pobre” para conseguir eso poco que es suyo, ha tenido que trabajar mucho… y si algo se le pierde, lo siente, porque hace a su vivir cotidiano… lo más valioso que tiene es su esperanza, de ahí que la cuide tanto… con ella puede celebrar ya, lo que le será dado después… a él no le fueron dadas cosas materiales, se le dio la esperanza en Alguien que va a colmar su vida infinitamente… por eso, más que estar atento a ver si aparece algo que lo salve, lo cual sería momentáneo, lo está si aparece Alguien que lo haga inmensamente feliz… la “rosa sin porqué” pone su esperanza en la gratuidad que la hermosea magníficamente cada mañana… ¿valoras lo pequeño y lo insignificante de los detalles que hacen la diferencia?, ¿esperas sólo cosas o a Alguien para ser profundamente feliz?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 13,18-21)…