La “estrecha puerta” es la pequeña senda

… la “estrecha puerta” es la pequeña senda del corazón que no es fácil encontrar inmediatamente… porque, lo sabes muy bien, el “tesoro” está “escondido” en el campo… el camino, en realidad, es pequeño y silencioso… no hace ruido para seducirte… al contrario, te llama siempre, primero, a la soledad… y la soledad es precisamente eso: secreto… ¡ah, el secreto que sólo el Padre conoce en su inefable profundidad!… arrepiéntete de tus cerrazones y ven confiadamente… ahora es el momento de atender, de escuchar, más allá y más adentro, íntimamente, la delicadísima Voz que te despierta… llaman a tu puerta… una y otra vez… en suma, llaman y no sabes quién es… en realidad ya, hace un buen tiempo, han llamado, silenciosa y delicadamente, y no has acabado de darte cuenta que todo ha comenzado y finalizado ayer, es decir: hoy, ahora mismo… «tú eres mi hijo, Yo te he engendrado hoy»… ¿quién llama a tu puerta?… «Yo estoy a la puerta y llamo»… desde el principio, en el origen… ¿ayer?… más que ayer: en el principio que es «ya»… el Amor no aguarda… llama, levanta, eleva… la “rosa sin porqué” sabe de la estrecha puerta por la que la gratuidad la llama, la levanta y la hermosea… ¿estás atento a quien te llama en la estrecha puerta de tu corazón o sólo atiendes a los gritos del portón?, ¿eres capaz de escuchar la voz del amor que no grita ni berrincha?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 13,22-30)…