Herodes, que triste

… Herodes, que triste, por una alegría pasajera perdiste la cabeza y mandaste decapitar al Bautista… Herodes, que triste, ahora pretendes ver a Jesús como una curiosidad que te saque las dudas y el miedo… Herodes de ayer y de hoy, que triste, no saben de alegrías duraderas… hay muchas alegrías… la de cargar con muchos beneficios, y la de danzar una existencia libre… la de vivir rodeado de prestigio, y la de admirar todos los milagros… la de empuñar el poder respetado, y la de estrechar la mano del pobre… la de hincharse repleto de fortaleza, y la de irse disolviendo en el servicio… la de acumular los regalos de la suerte, y la de ser una dicha para los demás… la de ser llevado al sillón de los primeros, y la de escabullirse hasta el banco de los últimos… la de construir el propio yo, y la de regalarlo sin balanzas ni contratos… una es la alegría codiciada, pasajera, que llevamos… y otra es la alegría regalada, eterna, que nos lleva… la #rosasinporqué vive en alegría regalada, la gratuidad le enseña la verdadera fiesta… ¿compras o alquilas tus alegrías?, ¿para qué quieres ver a Jesús?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 9,7-9)…