Enviado con una misión que me sobrepasa

… enviado con una misión que me sobrepasa… enviado a anunciar la Buena Noticia de vivir Contigo en la soledad enquistada de este mundo… enviado a consolar a los heridos en sus dolencias de cuerpo y alma… enviado a sembrar tu Palabra de verdad en el relativismo imperante… enviado a llevar la luz de tu Presencia en las tinieblas de la historia… enviado, ¡sí!, pero sin nada… “¡no lleves alforjas, hinchazón de la piel enferma de codicia colgado de los hombros!… ¡no lleves alforjas!, sólo hay que llevar lo que cabe en el pecho, lo disuelto en la sangre que se asoma en los ojos y fecunda los sueños… ¡no lleves alforjas!, que no estorben para acoger los abrazos, cargar las ovejas perdidas y los nombres amanecidos al final de la noche… ¡no lleves alforjas!, el Reino ya está donde llegues, y el Reino te espera al regreso… ¡no lleves alforjas!, ¡llévame a Mi en tu corazón!”… la #rosasinporqué no lleva alforjas con provisiones, tan solo lleva la gratuidad y es toda hermosa… ¿te cargas de cosas superfluas y te olvidas lo esencial?, ¿te llevas a ti o llevas la Buena Noticia del Señor?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 9,1-6)…