Desde que me encontraste

… desde que me encontraste, Señor, soy otro y soy el mismo… ¿qué sé yo dónde acabo yo y dónde empiezas Tú?… si me hundo en mi pecado, allí te encuentro solidario en un abismo que me da vértigo mirarlo… si subo hasta la luz allí brillas Tú, origen incesante de mis claridades… si tu luz brilla en el abismo de mi pecado, ¿qué sé yo dónde acabo yo y dónde empiezas Tú?… si digo “yo” cuando Tú eres mi origen último y cotidiano, también estoy diciendo “Tú”… si digo “Tú” cuando yo soy una diferencia alentada por Ti, también estoy diciendo “yo”… si para decir Tú tengo que ser yo, y sólo puedo ser yo cuando digo Tú, ¿qué sé yo dónde acabo yo y dónde empiezas Tú?… si trabajo por tu Reino, me siento atravesado por un dinamismo infinito… si contemplo tu proyecto, experimento un sentido regalado… si tu proyecto sólo puede realizarse en mi trabajo, y el sentido que me alienta sólo puedo recibirlo desde Ti, ¿qué sé yo dónde acabo yo y dónde empiezas Tú?… soy yo, pero no más aquel yo sin Ti y sin los otros… la #rosasinporqué es ella y no más ella, la gratuidad la hace ser en otros… ¿eres tú y los otros?, ¿vives encerrado en ti sin saber de los demás?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 4,31-37)…