Cuando el amor golpea la puerta de tu corazón

… cuando el amor golpea la puerta de tu corazón, no se anuncia, no te avisa… la gratuidad llama ya, tal como estás ahora y sin preparaciones, ni proyectos… ¿por qué afincarte en innúmeras complicaciones, persiguiendo «seguridades» estrechas y ámbitos con aire acondicionado?… un nuevo desasimiento se impone cuando los pensamientos propios y los cuidados o prejuicios ajenos obstaculizan, de un modo o de otro, el andar más simple y más directo… no estás invitados a dar vueltas y vueltas… ¡estás llamado a responder y a arrojarte en el mar inmenso de la gratuidad!… ¿dudas?… pareciera, a veces, que reclamas más pruebas, que no te conformas así no más, y esto es un error… cuando acontece esa «separación» o «desprendimiento» de todo lo perecedero, de todo lo que fabricas para encerrarte más y más… cuando te descubres libres, sobre todo de ti mismo… cuando percibes ese momento que porta, escondido, la vocación, la voz de la gratuidad que te nombra… entonces, ¡es tanto lo que descubres que no puedes escribirlo en ningún lugar!… no buscas algo, ¡sino al Único!… ¡no te pierdas en los arroyuelos, ni en los caminos laberínticos que se abren seductores!… no quieras pozos, ni estanques pequeños, ¡quiere el mar!… la #rosasinporqué no se detiene en pensamientos interesados, la gratuidad le abre el mar del desinterés para entregarse sin más de más… ¿das vueltas y vueltas en tu decisión profunda?, ¿te preocupa lo que pasará y por eso tu confianza se resiente?… (con el Evangelio de hoy, San Marcos 8, 27-33)…