… tu vida es un constante e ininterrumpido “partir y llegar”, un “salir de ti” hacia… ¿qué o quién?… la gratuidad es centrífuga, no centrípeta… y aparece, entonces, sigilosamente, la ¡impaciencia! del hacer… y nunca acabas de acabar, porque quisieras cumplir antes de comenzar… pero eso no te hace bien a ti, ni hace bien a los demás… vives con una ansiedad crónica que pone de manifiesto tu pretendida autonomía e individualismo… en la gratuidad paciente hallaras siempre las mejores respuestas… porque todo, para que sea fecundo, ha de ser “gracia”, es decir “don recibido”… y así debe ser cualquier intento de ir, de “partir sin demora”, a Dios, a los tuyos y a quienes necesiten de tu servicio… esto es decisivo, tu vida no puede tener intermitencias de mezquindad… sabes muy bien que «ir de camino» es «haber llegado»… no te permitas los «autoritarismos» del yo, que la torpeza de querer utilizar como definitivo lo que es sólo provisorio… cuando te pones en camino recibes una sorpresa, abres horizontes y no te cierras… la #rosasinporqué vive en permanente éxodo de si hacia la tierra prometida de la gratuidad, por eso sus salidas son visitas alegres al corazón de sus hermanos… ¿vives saliendo de ti pensando en los demás o vives entrando en tus preocupaciones?, ¿tus visitas despiertan gozosamente la vida latente en tus hermanos?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 1,39-45)…