… toda responsabilidad confiada debe ser asumida con generosidad, honestidad y lealtad… se te confían responsabilidades para que, según la gratuidad de tu corazón, las sepas administrar… desde ya que cuentan tus capacidades, tus talentos y las circunstancias, pero más importante que todo “eso” es tu disposición interior… si eres mezquino, por más dotado de ingenio que estés, siempre pensarás un tu provecho y pecunio… si eres mediocre y holgazán, por más que tengas viento a favor, siempre buscarás el menor esfuerzo y la comodidad… cuando eres responsable la gratuidad te hace magnánimo y te sientes constreñido por la carga de las obligaciones y, muchas veces, sueñas evasión… pero aléjate de los espejismos de los irresponsables… para evadirte no corras, no huyas… más bien excava este lugar estrecho que se te ha dado y en el que te encuentras, allí encontrarás a Dios y todo… Dios no flota sobre tu horizonte, duerme en tu espesor… la vanidad corre, el amor excava… si huyes fuera de ti mismo, tu prisión correrá contigo y se estrechará con el viento de tu carrera… si te adentras en ti mismo, ella se ensanchará en paraíso… la #rosasinporqué asume las responsabilidades desde la gratuidad y con magnanimidad, y no sale corriendo cuando aparecen los problemas… ¿cómo asumes tus obligaciones y responsabilidades?, ¿cuándo aparecen los problemas sales corriendo?… (con el Evangelio de hoy 19,11-28)…