Suenan en la lejanía no sé qué clamores

… suenan en la lejanía no sé qué clamores que se levantan de la fatiga y de la lucha cotidiana que no acaba… no quieres juzgar, pero juzgas… no quieres condenar, pero hay situaciones que te superan… quieres perdonar, pero te cuesta… con cuanta soltura se miente el hombre a sí mismo sobre su bondad y rectitud… piensas y te crees bueno, y posiblemente lo seas, ¿pero con qué criterio mides tu bondad?… para muchos la «realidad» no importa, sino lo que vale es lo que se “siente”… por eso hay tan poca estima por la “bondad silenciosa”… se vive tristemente encerrado en la propia estima… por eso es urgente que salgas, como don Quijote, y no te dejes engañar ni sujetar por la mediocridad imperante… pero es inútil insistir si no se entiende que la gratuidad no se compra, sino que se recibe gratuitamente y siempre con alegría… la #rosasinporqué mide con generosidad a los demás, y ella misma se obliga a darse cada vez más… ¿qué medida utilizas para darte a los demás?, ¿quieres tener un corazón misericordioso que absorba las miserias de tus amados?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 6,36-38) …