Sigues de camino, aunque las huellas no aparezcan

… amigo y amiga de la rosa, sigues de camino, aunque las huellas no aparezcan… cuando pierdes a alguien que amas, todo se oscurece… ¿ver en la noche?, ¿caminar en la noche?… el agradecido ha aprendido a ver en la noche, porque ha descendido al corazón… el corazón profundo es todo luz… ¿hay riesgos en esta singular aventura?… es que la noche es noche… en verdad «más amable que la alborada», decía San Juan de la Cruz… pero noche verdadera al fin, cuya hondura no tiene límites… bueno es correr el riesgo de la noche y aceptar con alborozo sus horas de sufrimiento… es ésta una escala que lleva muy alto, nunca acertarás a imaginar cuanto… quita o déjate quitar el corazón de piedra… ¡tiene sus riesgos!… pero déjate cambiar esa dura piedra por un corazón de carne… en esta Santa Pascua si no reconoces al «jardinero» enseguida, aguarda un instante y contémplalo, más que nunca, presente en tu corazón… no temas, no busques entre los muertos a Quien vive… ¿crees con firmeza y con júbilo que el Señor es Dios y ha, en verdad, resucitado?… Él es, para siempre, la única verdadera Luz en tu noche y te llama a estar con Él, hoy y aquí, en el Paraíso… la #rosasinporqué revive cada mañana cuando escucha pronunciar su nombre de gratuidad… ¿dejas que quienes te aman pronuncien tu nombre dándote nueva vida?, ¿pronuncias los nombres de quienes amas con amor y admiración o con indiferencia y rutina?… (con el Evangelio de hoy, San Juan 20,11-18)…