Saber esperar” no es sólo “aguantar”

… “saber esperar” no es sólo “aguantar”, aunque muchas veces no se puede hacer otra cosa… “saber esperar” es “desear que llegue saliendo al encuentro”… “saber esperar” es “querer que ya sea la hora” viviendo la “espera” con los “ojos entreabiertos”… “saber esperar” es estar “preparado” con las manos y el corazón abiertos… “saber esperar” es soportar la “demora” sabiendo que “llega”… “saber esperar” es “saber recibir”, “saber acoger”, “saber abrazar”… por eso, Señor, quisiera pegar mi oído a la piedra dura para auscultar tu latido… quisiera descorrer la cortina de los ojos ajenos para ver cómo me miras… quisiera estrechar la piel curtida de la mano agrietada para palpar tu cercanía… quisiera percibir el anhelo de la noche perfumada para oler cómo respiras… quisiera saborear el secreto de la alegría en sazón para gustar tu dicha… quisiera descubrir tu Presencia en cada hermano y en cada circunstancia anticipando así tu Venida… la #rosasinporqué es feliz sabiendo esperar cada mañana, la gratuidad le anticipa con la aurora cada amanecer… ¿sabes esperar?, ¿cómo te preparas para recibir?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 12,35-38)…