Saber enseñar sin una cátedra

… saber enseñar sin una cátedra, sin un pizarrón, usando los ojos como libros, usando las manos como tizas… enseñar en la calle, en el trabajo, en el potrero, en la casa… enseñar con la vida… ¡así son los maestros con autoridad!… no levantan la voz, no endurecen los gestos, no reclaman silencio… no saben de recreos aunque los respetan, nada les cae mal, no se quejan, aprovechan como favorable cada situación… ¡enseñan con autoridad, con la vida!… la vida de ellos es el certificado de lo que enseñan, por eso no imponen pero exigen, no retan pero corrigen, no nivelan sino que elevan… no reclaman orden, son ordenados… ¡enseñan con autoridad sin discriminar pero distinguiendo y jerarquizando!… no promueven los conflictos, los encauzan… no ignoran los problemas, los solucionan… ¡enseñan con autoridad sin mandar, no necesitan charreteras, ni paredes empapeladas con diplomas!… huyen de los aplausos engañosos, no dan crédito a las adulaciones oportunistas, ni negocian con la verdad… y, tal vez, lo más lindo es que no se jubilan, el paso de los años los hace más sabios todavía y sellan con la muerte lo que enseñaron cada día con la vida… la #rosasinporqué enseña con autoridad acerca de la gratuidad… ¿quiénes han sido tus maestros?, ¿enseñas y educas con tu vida?… (con el Evangelio de hoy, San Marcos 1,21-28)…