Qué tiene, Señor, tu palabra

… ¿qué tiene, Señor, tu palabra que cautiva, tu mirada que enamora, tu presencia que consuela y acompaña?… es una palabra portadora de verdad que no se impone, sino que propone… es una mirada cargada de ternura que no esclaviza, sino que libera… es una presencia llena de vida que no invade, sino que contagia y entusiasma… ¿existe, Señor, una autoridad más auténtica que tu palabra, tu mirada y tu presencia?… los hombres desvirtuamos la autoridad para imponer, aterrorizar, mandar… recurrimos a la mentira, la amenaza, la fuerza… legitimamos con gritos y pedradas, cuando no perradas… exigimos, penalizamos, condenamos… y para fundamentar sin fundamentos, hoy recurrimos a “los expertos”… ellos sí gozan de autoridad avalada por el vértigo de las experiencias fugaces que pasan… no por el mérito, la ciencia y el intelecto… basta que lo digan los “expertos” y ya está la campaña montada… el saber sí ocupa lugar, y tiempo, y es mucho más que una opinión ilustrada… el amor es mucho más que sentimiento epidérmico, es decisión del corazón que persevera en la donación… Señor, ¿en qué eres “experto” para que tu palabra, tu mirada y tu presencia, posean tanta autoridad?… la #rosasinporqué goza de la autoridad de la gratuidad que no atropella ni cercena… ¿qué clase de autoridad gozas entre los tuyos?, ¿legitimas la mentira, los abusos y el desprecio o menosprecio hacia los demás?… (con el Evangelio de hoy, San Marcos 11,27-33)…