No le alcanza al amor un techo que lo hospede

… no le alcanza al amor un techo que lo hospede, necesita un corazón que lo reciba y le preste atención… ¡cuántas veces, en aras del amor, multiplicas haceres y quehaceres para que al amado no le falte lo necesario!… pero tanta preocupación en lo exterior hace perder la atención a lo interior… hay que hacer aquello, pero sin descuidar esto esencial al amor que es el “corazón a corazón”… atiende, inclínate sin temor para escuchar la voz de los latidos del corazón… ¿de dónde viene, de dónde procede?, ¿es más que silencio?… ¡voz que es silencio, silencio que es voz!… ¡desea atender para ser seducido!… pero esa voz, ¿es nada más que deseo tuyo?, ¿qué es el “deseo” que no se expresa?… no encontrarás palabra ni canto en los oscuros subsuelos… es hora de que pases más allá, en el “aquí” sombrío no se ven estrellas, sólo el cielo encapotado… ¿escuchar y aguardar?… todo llega, todo ha llegado… ¿cuándo?… siempre… Marta es necesaria haciendo, lo mismo que María escuchando… confiando en lo que no ves, sigues sabiendo que todo ya está… la #rosasinporqué escucha con atención los latidos de la gratuidad, así evita inquietarse por lo que hay que hacer… ¿haces sin detenerte a escuchar el latido de las cosas y de las personas?, ¿vives angustiado e inquieto preocupándote por todo?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 10,38-42)…