No es la cantidad

… no es la cantidad, el dar mucho o el dar poco, lo que hace la diferencia… el avaro vive contabilizando, el mezquino nunca da de más, y el mediocre no se juega… cuando la medida es necesaria para dar, la experiencia y la prudencia hacen falta… pero cuando lo que importa no es lo que se da, sino el corazón que da, la sin medida es la medida acabada, y magnanimidad se llama… Señor, hoy no tengo nada que pedirte, ni te traigo ninguna queja… yo sólo busco un encuentro desde lo infinito que late en mí, en mi pobreza… ¡triste de mí si atase tu respuesta a mi pregunta tan medida, o a mi lamento tan herido!… ¡pobre de mí si ya supiese la respuesta!… tal vez sólo encontraría para mi sed, mi propia agua reciclada, el eco de mi monótono decirme, mi pasado humedecido por el sudor o por el llanto… te necesito, Amado, más allá de lo que sé o de lo que digo de mí mismo… ¡hoy descubro ya presente, en el amor con que me atraes, la pasión con que me buscas aunque no tenga nada que ofrecerte!… Señor, que no te importen mis escasas dos monedas, es lo que tengo y con el corazón te las ofrezco… la #rosasinporqué al dar desde la gratuidad con el corazón todo lo da… ¿das con el bolsillo o con el corazón?, ¿cuáles son tus dos escasas monedas?… (con el Evangelio de hoy, San Marcos 12,38-44)…