… no busques tan lejos lo que tienes tan cerca, no procures lo que eres donde no eres… desciende, silencioso, a tu corazón… deja también lugar al asombro y a la sorpresa… tampoco pierdas tiempo en viajes o en idas y vueltas, simplemente abre todas las puertas a la gratuidad… no eres tú quien va, ¡es ella quien viene a ti!… no basta un instante para aprender a vivir en “acción de gracias”… la gratuidad precisa de la Providencia y de la Gracia… por ello has de contar con tu frágil y vulnerable condición y con la realidad contradictoria y, tantas veces, adversa para perseverar en una enseñanza que no se te revela inmediatamente… necesitas tiempo, constancia y cultivar con perseverancia el «asombro»… descubre, pues, tu «ser esencial» presente, es decir tu «vocación a la gratuidad»… ¡déjate amar sin vueltas ni revueltas!… la #rosasinporqué se deja enseñar por la gratuidad, por eso vive abierta al asombro y a las sorpresas… ¿te das tiempo para cultivar el asombro y dar lugar a las sorpresas?, ¿dejas que la gratuidad vaya formando tu pequeño corazón?… (con el Evangelio de hoy, San Marcos 1,21-28)…