… mirada que ve más hondo, que descubre el interior abatido y el corazón fatigado… no necesitas que te ayuden con “cosas”, sino que te amen… no necesitas que te justifiquen, sino que te incentiven… no necesitas que te inventaren, sin que te llamen por tu nombre… oveja sin pastor, comida de lobo… ¿quién podrá apartarte de la vida verdadera?… ¿será tu ambigüedad que quiere gobernarte desde las hambres oscuras de tu yo clandestino, ¿será el quebranto que rompe de repente tu salud y tu proyecto contagiando incertidumbre?, ¿será la seducción que brilla como ángel en el Olimpo estelar de los famosos?… ¿será el rumor que sentencia y descalifica la audacia del amor liberado de las modas?, ¿será el poder que no ha previsto en sus leyes la novedad de Dios que sorprende los programas?… no temas, ¡déjate apacentar y apacienta!, ¡déjate amar y ama!, ¡déjate consolar y consuela!, ¡déjate abrazar y abraza!… ¡nada ni nadie te apartará del Amor que se te regala!… la #rosasinporqué se deja amar y apacentar, y gratuitamente ama y apacienta… ¿eres de los que se lamentan o de los que actúan?, ¿escuchas el llamado que te viene el abatimiento y del cansancio de tus hermanos?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 9,32-38)…