¡Levántate, amigo!

… ¡levántate, amigo!, pon de pie tu vida y asómala a tu ventana: verás a otros caídos, sin fuerzas y sin ganas, que esperan hoy de ti, tan sólo una palabra… ¡levántate y haz el bien!, deja atrás las cobijas y la cama y ponte a darle abrigo a tantas vidas desoladas, verás cómo tu amor, bien pronto, se hace brasa… ¡levántate y haz bien el bien!, no sigas dando vueltas a las cosas ya pasadas, ni dejes que tu herida llame a tu vida “fracasada”, muestra que ahora -y por ellas- la sabes más humana… ¡vamos, levántate y se bueno!, que el sol al que tú tapas, negando el hoy de tu jornada, por ti se ha levantado nuevo de mañana para caldear el frío de otros pasos donde tú vayas… la “rosa sin porqué” todos los días se levanta y hace bien el bien con la bondad de su gratuidad… ¿buscas ser bueno o sólo hacer las cosas bien?, ¿ayudas a los demás a ser buenos o solamente te preocupa que hagan las cosas correctamente?… (con el Evangelio de hoy, San Marcos 10,17-27)…