… la paz es consecuencia del amor gratuito compartido y disfrutado… la paz es la fruición del amor y su corona… el amor gratuito ordena los normales desajustes del tiempo en la convivencia y suaviza las asperezas de cada personalidad sin anularlas… la paz de la gratuidad “no se hace”, “no se fabrica”, no es “factoría de la industria humana”… simplemente se recibe, se acoge… “les dejo la paz, les doy mi paz”… ¿es necesario, entonces, que alterares tu vida con la ansiedad y la angustia del «qué cosa hacer»?… terrible sentencia ésta del «hacer» y terrible afán el de creer que «haces»… el hombre se ha tornado infecundo y vive angustiado por el exceso de distracciones, de cambios, de encuentros, de informaciones, de noticias de todo tipo… por eso, disipado, busca en el tramposo y egoísta “¡déjenme en paz!” la quietud de los cementerios… pero la paz de la gratuidad es fuego que incendia, es pasión que no descansa… poco sirve que seas “pacifista” si no eres “pacífico”… la #rosasinporqué es pacífica y no pacifista, por eso desde la gratuidad es instrumento de la verdadera paz… ¿eres pacífico o pacifista?, ¿te dejas pacificar por el amor gratuito?… (con el Evangelio de hoy, San Juan 14,27-31ª)…